Lo que le decimos a nuestras hijas e hijos cada día no desaparece…
Se queda.
Se transforma en pensamientos, creencias y emociones.
Y poco a poco, se convierte en la forma en que se hablarán a sí mismos en el futuro.
Un simple “¡Eres capaz!” puede sembrar confianza.
Un “¡No haces nada bien!” puede dejar heridas difíciles de ver, pero profundas.
En CTAL lo vemos constantemente: las palabras no solo educan… también construyen el mundo emocional de las infancias.
- Si notas que tu hijo o hija se frustra fácilmente, duda de sí o repite frases negativas sobre sí mismo, es un buen momento para observar cómo se están comunicando en casa… y cómo podemos ayudarte.
- Nuestro equipo de psicología infantil te acompaña para establecer límites, hábitos y herramientas desde la calma y el vínculo seguro.
“Cuida el tono, cuida las palabras. El corazón de un niño escucha diferente.”
CTAL
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